Esta es una receta por la que siempre había sentido una especial curiosidad, sobre todo porque me encanta el chocolate blanco. Siempre que la había probado, para mi gusto, tenía un sabor ácido que mataba un poco al del chocolate, así que probando y haciendo unos cambios sobre las distintas que he visto por internet, he aquí el resultado. La acompaño de unos barquillos rellenos de chocolate, aunque igualmente podría servirse con unos crujientes de chocolate. Por cierto gracias a mi primo por pasarme la receta, aunque la he cambiado un poco.
Ingredientes:
- 125 ml de leche
- 250 ml de nata para cocinar
- 125 gr de yogurt natural cremoso
- 500 gr de chocolate blanco
- 1 rama de vainilla
- Virutas de chocolate negro
- Barquillos
Preparación:
- En una cazuela mezclamos la leche con la nata y ponemos a calentar a fuego suave con la vainilla hasta casi llegar al punto de ebullición.
- Cuando la leche esta caliente, añadimos el chocolate, lo fundimos y mezclamos bien.
- Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
- Cuando esté a temperatura ambiente, quitamos la vainilla, añadimos el yogurt y batimos la mezcla.
- Dejamos enfriar en el frigorífico durante 3-4 horas como mínimo.
- Servimos fría, acompañada de unas virutas de chocolate negro y unos barquillos.
Notas:
Si utilizamos un yogurt cremoso y suave no será tan ácida.
Si la queremos más espesa, aconsejo añadir yogurt y/o chocolate antes que nata, es más suave, pero cuidado si es ácido, ya que acabará sabiendo más a yogurt que a chocolate.
Si cambiamos el chocolate blanco por chocolate negro, tendremos sopa de chocolate negro.